Diseñador chileno Pablo Balzo lanza su libro “No sé lo que cuento pero sé como lo cuento”

Pablo Balzo es el diseñador gráfico detrás del blog www.noseloquecuento.com, que luego de casi dos años de trabajo publicando piezas gráficas de diferentes conceptos como la anorexia, los tacos, la educación o pichanga entre muchos otros, recopiló los más populares o con mejores comentarios en el libro “No sé lo que cuento pero sé cómo lo cuento”, libro de 104 páginas que se va a lanzar el día sábado 6 de Octubre en la galería Plop ubicada en Merced 349, en el centro de Santiago por un valor cercano a los 11.000 pesos.

El lenguaje utilizado es una técnica mixta entre la pintura, la ilustración y la fotografía, con un fuerte énfasis en el uso de figuras retóricas, especialmente metáforas.

“Ha sido harto trabajo, pero ha valido la pena, el libro está buenisimo. Cada fotografía esta asociada a una cita histórica, citas que muchas veces calzaron mejor que los títulos que Yo mismo les había puesto a las ilustraciones” comenta Pablo Balzo.

 

La materialización de las ideas suele tener orígenes similares, pulsiones luminosas que ratifican ciertos compromisos que sostienen el alma humana, individual y colectiva. Los modos, sin embargo, nos son tan democráticos y muchas veces se distorsionan cuando las herramientas dictan los contenidos.

Consideramos que algo nos aturde cuando se solapan los indicios, cuando el cachetazo es tan fuerte que nos duele la cara, el cerebro, al intentar repensar qué nos pasó, quién nos pegó.

Sabemos que nos quedamos afuera de un mensaje, cuando el lenguaje nos expulsa de sus signos no aprehendidos, cuando nos es imposible recuperar el hilo de la intención generadora y esto suma frustraciones que difícilmente nos orgullezcan.

Resignamos la comprensión cuando el objeto en cuestión nos es indiferente, incluso y sobre todo cuando nuestra actitud no es recíproca.

Nada de esto sucede con las fotografías de Pablo Balzo. Nos integran, nos invitan, nos enseñan, nos someten gentilmente, nos golpean, pero luego nos acarician la cara, el cerebro. Nos acarician el pensamiento y sentimos que cada una regala una página de eternidad.

Pero esta caricia esconde espinas entre las plumas; porque la percepción de la profundidad aterra. No hay anestesia que adormezca nuestra valoración cuando la metáfora se apodera del mandato y nos increpa.

Pablo compone desde la más perversa arquitectura mental, tachando variables que depuran sentidos, esquivando la imprudencia arbitraria del artista para incluir a cada par de ojos que se anime a entrar en foco.

Desde la metáfora, desde la fotografía meditada, se expande la sensación de regocijo que antropológicamente surge cuando reconocemos nuestras propias inteligencias, el punto de inflexión en el que el protagonista no es el emisor, sino el receptor. Cuando jugamos a este juego, y si el arquitecto nos ofrece el plano correcto, el placer se asocia inmediatamente a nuestra experiencia y nos colma de promesas.

Sospechamos. Miramos de reojo, investigamos. ¿De dónde viene la generosidad? ¿Por qué este esfuerzo en contarnos las cosas de esta manera tan retorcida? Será cuestión de confiar y dejarse acariciar. El simple hecho de explicar la poesía niega su existencia.

Acudir a la metáfora para palpar lo intangible es el juego que algunos pocos entienden, y son muchos menos los que nos invitan a participar. Aprovechemos.

Prólogo de Pablo Bernasconi

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